Por qué decimos NO a Madrid Central

En los últimos días hemos recibido duras críticas sobre nuestro manifiesto. Que si era «de retrasados», «una broma», «de personas sin corazón», etc. Vamos a intentar explicarlo un poco más punto por punto para que no se generen dudas de qué estamos defendiendo.


#1

Por la defensa de la libertad. El automóvil es el elemento emancipatorio de las clases medias.

No hace falta explicar cómo durante el siglo XX, especialmente durante su segunda mitad, para las clases medias en los países civilizados el automóvil se convirtió en símbolo de libertad. Como ya anticipaba una revista en 1929:

El vehículo individual podría llevar a parajes de placer o de arte. Nada de ferrocarriles, con su promiscuidad, sus horarios y sus intinerarios fijos. Es el coche de cada uno, que nos espera siempre dispuesto en la puerta, para llevarnos en familia por todos los vericuetos que nuestra fantasía quiera… El automóvil da al hombre la movilidad que ansía, le hace libre o, al menos, alarga la cadena que le une a la esclavitud de la tarea cotidiana. He aquí la razón suprema de la fascinación del automóvil sobre las masas: El automóvil es un índice de liberación.

Y no hace falta ser muy perspicaz para ver que donde no hay automóviles no hay libertad. Cualquiera que haya visitado Cuba lo sabe.


#2

Por la defensa a los comercios del centro de Madrid, entre ellos establecimientos que gozan de gran acogida entre el público: Nike, Primark, McDonald’s, Real Madrid Store o Zara, por poner solo algunos ejemplos.

En democracia el público elige. Y elige cosas que muchas veces no gustan a intelectualoides progres, como el reggaeton o los reality shows, frecuentemente demonizados por los típicos escritores, filósofos, etc. de Facebook. El acto de comprar es también un acto de democracia, y el Pueblo elige en su mayoría las grandes tiendas de la Gran Vía. No podemos perjudicarles solo porque a un político de izquierdas, por los complejos que sea, le da la gana.


#3

Porque el sector automovilístico genera empleo.

Lo que pasa es que a algunas personas no les gusta mucho trabajar, como esos activistas de Greenpis que bloquearon la calle Alcalá. Como dijo nuestro alcalde, «es envidiable el tiempo libre que tienen».


#4

Porque hay un clamor popular a favor de los automóviles. Al Pueblo le gusta transportarse en coche, y restringir su uso es atacar la voluntad de la ciudadanía y la democracia.

Ahondando en la idea del punto 2, si el Pueblo elige ir en coche sobre otros medios de transporte por algo será. Los cinco días que ha estado Madrid Central abierto gracias al alcalde Almeida los madrileños han elegido ir en masa en sus vehículos por la zona. Restringir esa expresión de la voluntad popular es ser claramente antidemócratas.


#5

Porque Madrid fue diseñada para los automóviles, con una extensa red de grandes autopistas urbanas, obra del alcalde Carlos Arias Navarro (1965-1973).

Esto no es cosa baladí. Otras ciudades, como Sevilla, tienen un trazado muy enrevesado que dificulta el paso cómodo de los automóviles, y aunque su ex alcalde Juan Ignacio Zoido ha hecho ímprobos esfuerzos por devolver el tráfico a la ciudad hispalense, a día de hoy está cortado por los sectarios del PSOE.

Madrid, por fortuna, fue diseñada para los automóviles durante el gran boom demográfico de los años 60 y 70, y es mucho más sencillo recorrerla en nuestros vehículos. El alcalde Carlos Arias Navarro (1965-1973), que luego fuera presidente del Gobierno (1973-1976) es el responsable de las mayores infraestructuras en este sentido, como el ya tristemente desaparecido «scalextric de Atocha», inaugurado en 1968. De modo que, ya que podemos, ¡gocémosla!


#6

Porque el automóvil refuerza nuestra autoestima individual.  Estudios científicos demuestran que es capaz de suplir carencias emocionales e incluso de prolongar la juventud: cambiar regularmente de vehículo nos hace mantenernos acorde a los tiempos en corrientes estéticas e innovación tecnológica.

Este punto ha sido uno de los más tenidos por broma y, sin embargo, es uno de los más importantes. Un buen trayecto en tu automóvil, con tu música favorita a todo volumen y las ventanillas bajadas, sube los ánimos a cualquiera. Por otra parte, es especialmente importante para las personas mayores, cuya movilidad comienza a verse reducida, su estilo de vestir a quedarse anticuado, y tienen dificultades seguir el ritmo de los cambios informáticos. Adquirir un nuevo vehículo les hace estar al día de las líneas de diseño más innovadoras, y no suelen tener problemas con las actualizaciones en tecnología automovilistica, a las que ya están acostumbrados.


#7

Porque el automóvil refuerza nuestra autoestima grupal. Permite desenvolvernos en un «mundo objetificado» (Adorno) como el nuestro, y nos hace sentir parte de la élite social al poder imitar el modelo de consumo de las clases dominantes.

Esta idea surge en torno a la teoría del filósofo Theodor Adorno de que nuestro mundo está mediado por objetos. Pongamos el ejemplo de un rockero: va a la tienda y se compra una chupa de cuero, unos vaqueros roídos y unas botas de cowboy. Al verle pasar decimos «mira, un rockero», y no hace falta que le veamos escuchar música rock, simplemente los artículos que viste han mediado con la sociedad. Con el automóvil pasa lo mismo, con la diferencia de que no es tan fácil cambiar de vehículo como lo es de chupa. Por eso define mucho más: no puede haber posers que se disfrazan un día de rockero y otro de punkie, por ejemplo.

Respecto a la imitación del modelo de consumo de las clases dominantes: una persona va a estar mucho más satisfecha si cree que con tal compra forma parte de una élite que si cree que es un perdedor. Tal es el lema de la compañía de automóviles Ford: transformar un lujo al alcance de pocos privilegiados en herramienta para el disfrute de todos los ciudadanos e instrumento de libertad individual.


#8

Porque poseer un automóvil potente y vistoso es el sueño de muchas personas clasemedianas. De restringir su uso, muchas de esas personas verían truncadas sus perspectivas vitales.

Este es otro de los puntos que ha recibido más críticas. Pero creemos que han sido de forma hipócrita: si somos sinceros, a todos nos gustaría conducir el coche de James Bond, o en su defecto, el que sale en el anuncio después de ver la peli. Como dice Enrique Lacalle, presidente del Salón del Automóvil de Barcelona, la gente acude al evento «a ver el coche que te puedes comprar y también el que algún día te podrás comprar. Acude a permitirse soñar.»


#9

Porque los vehículos a motor son elementos de transformación social. En la producción capitalista están implícitas las condiciones que posibilitan su propia abolición, y el automóvil constituye un elemento revolucionario al acelerar esa abolición. Esto prueba que la defensa del automóvil no depende de ideologías políticas, sino que ha de ser transversal.

Este punto está especialmente dirigido a las personas de izquierdas, aunque es muy teórico y dudamos que lo puedan entender. Según palabras de Walter Benjamin:

Cuando Marx emprendió el análisis de la producción capitalista, ésta estaba en sus comienzos. Marx orientaba su empeño de modo que cobrase valor de pronóstico. Se remontó hasta las relaciones fundamentales de dicha producción y las expuso de tal guisa que resultara de ellas lo que en el futuro pudiera esperarse del capitalismo. Y resultó que no solo cabía esperar de él una explotación crecientemente agudizada de los proletarios, sino además el establecimiento de condiciones que posibilitan su propia abolición.

De modo que los ecologistas nos pueden criticar lo que quieran por usar el automóvil, pero no se dan cuenta que nosotros estamos más concienciadas que ellos con el medio ambiente. Madrid Central no resuelve para nada el problema de la contaminación y el cambio climático: hay que tomar medidas más drásticas que poner carriles-bici para hipsters tragamuffins. Y si Marx estaba en lo cierto, como deberían creer todos los izquierdistas, con dejar que el capitalismo siga su curso se acabará, así que dejadnos ir en nuestras máquinas tranquilos, ceporros, que estamos haciendo la revolución!


#10

Por el efecto frontera. La contaminación en el centro de Madrid puede decaer, pero seguiremos yendo con nuestros automóviles por el resto de la ciudad. O se crea un Madrid Total, o un Madrid Central no vale de nada.

Lo mismo: Madrid Central no resuelve el problema de la contaminación, porque es un área pequeñísima y vamos a seguir yendo con nuestros automóviles con más ahínco si cabe aún por el resto de la ciudad. Por otra parte ya sabemos que las zonas cortadas al tráfico son pasto de cultivo de la gentrificación, y en seguida se llenan de Airbnb y tiendas cuquis. Así que lo dicho: o todo o nada, pero no nos vengáis con medias tintas, izmierdistas!

Esperamos que haya quedado todo más claro. Si aún así tienes dudas puedes escribirnos por nuestro Twitter o en nuestro correo. Y recuerda que puedes apoyoar la campaña firmando la petición en contra de Madrid Central o consiguiendo tu adhesivo y pegándolo en tu coche.

¡Salud y viva Almeida!